La depresión es un problema común para las personas con artritis y afecciones relacionadas. El estudio nacional de salud y nutrición de Estados Unidos mostró que el 16% de las personas con dolor musculoesquelético crónico tenía depresión y otros estudios han mostrado una incidencia de depresión tan alta como:
- 49% de las personas con fibromialgia
- 37% de las personas con artritis reumatoide
- 33 % en personas afectadas por osteoartritis
Los pacientes jóvenes con artritis reumatoide pueden tener un mayor riesgo de depresión debido a un aumento en el dolor y el estrés.
Tristeza o depresión?
Existen dos preguntas que pueden ayudar a determinar si la tristeza y la frustración experimentadas por las personas que padecen una enfermedad crónica han pasado a la depresión:
(1) Durante el último mes, ¿a menudo se ha sentido molesto, deprimido o desesperado?
(2) Durante el último mes, ¿le ha molestado a menudo tener poco interés o placer en hacer las cosas?
Si la respuesta es no a ambos, es poco probable una depresión mayor.
Señales de advertencia y síntomas
Incluso si un paciente no tiene depresión mayor, es importante que notifique a su médico si presenta alguno de los siguientes signos y síntomas, que incluyen:
- Estado de ánimo deprimido
- Falta de interés o placer en sus actividades habituales
- Peso cambios
- Disturbios del sueño
- Falta de energía
- Culpabilidad excesiva
- Concentración deficiente
- Pensamientos de muerte o suicidio
Recuerde, si experimenta alguno de estos signos y síntomas, puede ser necesario asesoramiento (trabajador social, psicólogo o psiquiatra) y medicamentos para volver en la pista.