Cómo prevenir la enfermedad del hígado graso si tiene PCOS

Cómo prevenir la enfermedad del hígado graso si tiene PCOS

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), comúnmente conocida como hígado graso, es altamente prevalente en mujeres con PCOS, afectando del 15 al 55 por ciento de las mujeres dependiendo de la criterios de diagnóstico utilizados. NAFLD ocurre como resultado del exceso de triglicéridos (grasa) almacenados en el hígado, lo que causa daño e inflamación. El hígado no está destinado a almacenar grasa; su función es servir como órgano de desintoxicación para el cuerpo que filtra sustancias nocivas.

Tener hígado graso o NAFLD aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular. Si no se trata, NAFLD puede progresar a etapas más avanzadas de daño hepático.

Factores que contribuyen a la enfermedad del hígado graso en mujeres PCOS incluyen lo siguiente:

  • Exceso de peso abdominal
  • Triglicéridos altos
  • Alto nivel de colesterol LDL
  • Nivel bajo de colesterol HDL
  • Alto consumo de grasa, azúcar y alimentos refinados
  • Estilo de vida sedentario
  • Genética

Prueba preliminar sugiere que los altos niveles de andrógenos también pueden contribuir al almacenamiento de grasa en el hígado. Si bien la enfermedad del hígado graso es grave, puede revertirse fácilmente y evitarse con cambios en la dieta y el estilo de vida.

Aquí hay cuatro formas de prevenir la enfermedad del hígado graso si tiene PCOS.

Cambie su dieta

La grasa, el azúcar y la ingesta excesiva de alimentos procesados ​​son los principales contribuyentes nutricionales a la enfermedad del hígado graso. El consumo de grasas trans, grasas que normalmente se encuentran en los alimentos procesados ​​y rápidos, está relacionado con la resistencia a la insulina, la inflamación y el aumento de los triglicéridos.

Del mismo modo, el alto consumo de fructosa, un edulcorante que se encuentra en el jarabe de maíz, jugo y otras bebidas con sabor, se asocia con la enfermedad del hígado graso. La fructosa también está relacionada con el empeoramiento de la resistencia a la insulina y la inflamación. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition encontró que el aumento en la ingesta de refrescos llevó a que las personas tuvieran significativamente más grasa hepática y visceral, la grasa que rodea los órganos internos y está relacionada con enfermedades crónicas.

Mantener las grasas trans, el azúcar y los alimentos procesados ​​fuera de su dieta mejorará la condición de su hígado. También puede mejorar la salud de su hígado al consumir una dieta saludable rica en granos integrales, proteínas magras, frijoles y legumbres, pescado y muchas frutas y verduras. Seguir una dieta de estilo mediterráneo que sea rica en aceite de oliva y otras grasas monoinsaturadas también puede ser beneficioso para mejorar la insulina, combatir la inflamación y reducir la grasa hepática.

Perder peso

La pérdida de peso es efectiva para mejorar la enfermedad del hígado graso, ya que puede mejorar la resistencia a la insulina, los triglicéridos y la grasa visceral. Un estudio mostró que las personas que perdieron el 5 por ciento de su peso corporal total experimentaron mejoras significativas en la sensibilidad a la insulina y la pérdida de grasa hepática. Una mujer que pesa 200 libras, por ejemplo, puede esperar ver una gran mejora en la salud de su hígado si pierde 10 libras.

Ponte en movimiento

Un estilo de vida sedentario es uno de los factores que contribuyen a NAFLD. Participar en actividad física regular que consiste en entrenamiento aeróbico y de resistencia puede disminuir el hígado graso incluso sin pérdida de peso. Los participantes que realizaron entre 30 y 60 minutos de ejercicio dos o tres veces por semana experimentaron reducciones significativas en la grasa hepática.

Para que el ejercicio físico sea una rutina regular, priorícelo programando en su calendario. Realizar actividades divertidas y placenteras también ayudará a aumentar su compromiso.

Tomar aceite de pescado

Los ácidos grasos omega-3 como los que se encuentran en el pescado de agua fría como el salmón, el atún y la trucha son efectivos para reducir los triglicéridos, la inflamación y la insulina en mujeres con PCOS. Sin embargo, probablemente se necesite un suplemento de aceite de pescado, ya que es todo un desafío comer suficiente pescado para cumplir con las cantidades terapéuticas de grasas omega-3. Un estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism mostró que las mujeres con PCOS que suplementaron sus dietas con 4 gramos de aceite de pescado durante ocho semanas experimentaron una disminución significativa de la grasa hepática y los triglicéridos.

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