¿Cómo puede el Tai Chi ayudar con la enfermedad de Parkinson?

¿Cómo puede el Tai Chi ayudar con la enfermedad de Parkinson?

Originario de China como una forma de artes marciales, el Tai Chi es un ejercicio basado en el equilibrio que consiste en suaves movimientos rítmicos que fomentan el equilibrio y la flexibilidad. Implica una respiración profunda y ejerce muy poco estrés sobre las articulaciones y los músculos, lo que resulta en menos lesiones. Este ejercicio de meditación en movimiento es una actividad de bajo impacto, adecuada para todas las edades y niveles de condición física.

Beneficios del Tai Chi

En China, se cree que el Tai Chi tiene numerosos beneficios. Estos incluyen retraso en el envejecimiento, flexibilidad mejorada, reducción del estrés, fuerza muscular mejorada y para el tratamiento de una variedad de enfermedades como enfermedades cardíacas, presión arterial alta, trastornos digestivos, artritis, trastornos del estado de ánimo, cáncer y enfermedades neurológicas, incluido el Parkinson. Pero, ¿existe evidencia científica que respalde estas afirmaciones, particularmente porque Tai Chi se relaciona con el Parkinson? Insta La inestabilidad postural es uno de los síntomas cardinales de la enfermedad de Parkinson que, a diferencia del temblor, es menos probable que mejore con el tratamiento convencional. Desafortunadamente, debido a que puede ocasionar caídas frecuentes, este desequilibrio también afecta significativamente la calidad de vida de una persona.

Lo que dice la investigación

Un estudio publicado en 2012 en el

New England Journal of Medicine fue el primero en mostrar aparentemente los beneficios del Tai Chi en la enfermedad de Parkinson. 195 pacientes con Parkinson fueron aleatorizados en 3 grupos. Un grupo se reunió para clases de Tai Chi dos veces por semana durante 60 minutos, el segundo grupo se sometió a entrenamiento de resistencia con pesas y el tercero se le asignó un estiramiento sentado.

Después de 6 meses, los resultados fueron claros. Aquellos en el grupo de Tai Chi eran más flexibles y podían inclinarse más hacia adelante y hacia atrás sin perder el equilibrio o caerse.

En comparación con los otros grupos, sus movimientos también fueron más suaves y fueron capaces de dar zancadas más largas mientras caminaban. Al igual que los que se ejercitaron con pesas, los que tomaron Tai Chi caminaron más rápido, aumentaron la fuerza de las piernas y pudieron pararse desde una posición sentada más rápidamente. La mejoría más sorprendente, sin embargo, fue en el número de caídas, y aquellos que practicaron Tai Chi cayeron menos de la mitad del número de veces en comparación con los sujetos en los otros dos grupos. Curiosamente, el grupo de Tai Chi también experimentó menos discinesia, ya que fueron capaces de adoptar estrategias que resultaron en un movimiento más controlado.

Todas estas mejoras permanecieron durante tres meses después de la finalización del estudio. Los autores concluyeron que Clínicamente, estos cambios indican un mayor potencial para realizar de manera efectiva las funciones de la vida cotidiana, como acercarse para tomar objetos de un gabinete, pasar de una posición sentada a estar de pie (y de pie a estar sentado) y caminar, mientras reduciendo la probabilidad de caídas .

Más allá de los síntomas motores de esta enfermedad están las manifestaciones no motoras que realmente pueden afectar la calidad de vida de los pacientes. Un estudio piloto en 2014 exploró los beneficios del Tai Chi en algunos de estos aspectos.

Un grupo participó en clases de Tai Chi de 60 minutos tres veces por semana, mientras que el otro grupo sirvió como control. Al finalizar el estudio, descubrieron que, aunque hubo alguna mejoría cuando observaron las mediciones de la cognición, específicamente la atención y la memoria de trabajo, no alcanzó significación estadística. Sin embargo, hubo una mejora significativa en los informes de los pacientes sobre la calidad de vida, específicamente su percepción de su enfermedad y su bienestar emocional. Este estudio fue limitado por su tamaño de muestra (solo 21 participantes inscriptos) pero sí mostró cierta promesa, lo que respalda la necesidad de realizar más estudios.

Entonces, ¿deberías agregar Tai Chi a tu rutina de ejercicios? Con base en la calidad suave y meditativa de este ejercicio, así como el apoyo científico de su uso específicamente en la enfermedad de Parkinson, se puede hacer un caso para incorporarlo a su práctica física.

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