El tejido subcutáneo, que también se conoce como hipodermis, es la capa más interna de la piel. Está hecho de grasa y tejidos conectivos que albergan vasos sanguíneos y nervios más grandes. El tejido subcutáneo actúa como un aislante y regula la temperatura corporal. El grosor de esta capa varía en todo el cuerpo y de persona a persona.
Composición de tejido subcutáneo
La piel se compone de tres capas: la epidermis, la dermis y el tejido subcutáneo.
Hay varias estructuras y células especializadas que existen dentro del tejido subcutáneo, que incluyen:
- Fibras de colágeno y elastina
- Células grasas
- Vasos sanguíneos
- Glándulas sebáceas
- Extremidades nerviosas
- Raíces del folículo piloso
El tejido subcutáneo está compuesto principalmente de tejido adiposo (tejido graso) que está compuesto de adipocitos o células adiposas. La cantidad de tejido adiposo varía en todo el cuerpo. Es más grueso en las nalgas, las palmas de las manos y las plantas de los pies. El tamaño de los adipocitos está determinado por los hábitos nutricionales de un individuo. En términos generales, una persona que mantiene una dieta saludable y hábitos de ejercicio tiene adipocitos más pequeños y es menos probable que tenga sobrepeso.
Funciones del tejido subcutáneo
El tejido adiposo actúa como una reserva de energía. Una vez que el cuerpo utiliza la energía que se adquiere a partir del consumo de carbohidratos, se convierte en tejido adiposo como fuente de combustible, lo que puede conducir a la pérdida de peso. Los adipocitos pueden hincharse o encogerse dependiendo de si la grasa se almacena o usa.
Además, esta grasa actúa como una armadura que protege los músculos, huesos, órganos y tejidos más delicados. Piense en el tejido subcutáneo como el equipo de protección que usan los atletas como los jugadores de fútbol y hockey sobre hielo. Es como el relleno natural del cuerpo. Amortigua el cuerpo y protege su interior cada vez que una persona recibe un golpe o una caída.
Caer al suelo dañaría mucho más si el tejido subcutáneo no existiera.
También regula la temperatura corporal al asegurarse de que la temperatura interna no sea demasiado alta o baja. El tejido subcutáneo aísla esencialmente el cuerpo, lo que permite que una persona salga afuera en un día frío sin morir congelado.
El tejido subcutáneo comienza a disminuir a medida que la persona envejece. Esta capa debilitada de aislamiento hace que el cuerpo sea más propenso a la hipotermia porque menos tejido hace que sea más difícil mantenerse caliente. La pérdida de tejido subcutáneo también hace que el cuerpo sude menos, lo que a su vez hace que sea más difícil mantenerse fresco. También puede afectar la reacción del cuerpo a ciertos medicamentos que son absorbidos por el tejido subcutáneo.
Anatómicamente hablando, la ubicación y el grosor del tejido subcutáneo difieren según el sexo. Por ejemplo, los hombres tienden a acumular más tejido subcutáneo alrededor del abdomen y los hombros, mientras que las mujeres tienden a acumularlo alrededor de los muslos, las caderas y las nalgas.
Inyección subcutánea
Algunos medicamentos deben inyectarse por vía intravenosa, como un goteo intravenoso. Otros se inyectan directamente en la piel. Las inyecciones subcutáneas se usan para administrar medicamentos como insulina y morfina.
Un tipo común de inyección subcutánea es un autoinyector de epinefrina, o un EpiPen, que trata la anafilaxia. Dado que el tejido subcutáneo contiene vasos sanguíneos, los medicamentos pueden ser absorbidos inmediatamente, pero su alto contenido de grasa también permite que los medicamentos se absorban gradualmente con el tiempo.
Todo el cuerpo contiene tejido subcutáneo; algunas partes más que otras. Las partes del cuerpo que tienen mayores concentraciones de tejido subcutáneo las convierten en sitios de inyección ideales. Estos sitios de inyección incluyen:
- La parte externa del brazo superior
- La parte media del abdomen
- La parte delantera del muslo
- La parte superior de la espalda
- La parte superior de las nalgas
