Su niño y el insomnio de inicio del sueño

Su niño y el insomnio de inicio del sueño

El insomnio de inicio del sueño es uno de los dos tipos de insomnio conductual de la infancia. Ocurre cuando la ausencia de un padre a la hora de acostarse hace que el niño tenga dificultades para conciliar el sueño. Esta condición a menudo ocurre en bebés y niños pequeños a la hora de acostarse o después de despertares durante la noche.

Causas

Al igual que con los adultos, la capacidad de un niño para conciliar el sueño puede basarse en las condiciones presentes en su entorno de sueño.

Estos pueden incluir iluminación, ruido y temperatura. Si el entorno de sueño es familiar y propicio para dormir, la transición se produce sin esfuerzo. Los niños pequeños y los bebés son especialmente susceptibles a la influencia de sus padres en el ambiente de sueño, y esto puede tener consecuencias importantes.

Los padres pueden estar presentes mientras su hijo se duerme. Por lo tanto, algunas actividades de los padres pueden asociarse con el inicio del sueño, como:

  • Canto
  • Rocking
  • Alimentación
  • Frotar
  • Acostarse (acostarse con niños)

Un niño asociar estas condiciones con la caída del sueño puede volverse problemático. Por ejemplo, cuando el niño se despierta solo, pueden llorar hasta que su padre regrese a la cama y restablezca las condiciones que lo llevaron a dormir previamente.

La mayoría de los niños se despiertan 4-5 veces por noche, y la expectativa repetida de que el padre esté presente y los tranquiliza activamente para que duerman puede ocasionar una angustia significativa para los padres.

También hace que los niños se despierten más seguido de lo que lo harían, lo que lleva a una fragmentación excesiva del sueño (sueño interrumpido).

Tratamiento

En psicología, este fenómeno se llama respuesta condicionada. El niño llega a esperar la presencia de sus padres durante la transición al sueño.

La solución es bastante simple: el padre debe romper esta asociación.

Los padres deben disociar sus actividades o presencia del hecho de quedarse dormidos. Esto puede significar acostar al niño antes de dormir. Puede requerir diversas actividades calmantes para que no se establezca una expectativa constante. Lo más importante es que a los niños se les debe permitir calmarse a sí mismos al despertar durante la noche.

Esto podría lograrse al permitir que el niño simplemente llore (rompiendo efectivamente la asociación a través de la extinción). Esto puede lograrse de manera más gradual, utilizando el método Ferber de extinción gradual. Esta terapia puede requerir cierta diligencia por parte de los padres, y se puede requerir asistencia de un pediatra, psicólogo o psiquiatra.

Понравилась статья? Поделить с друзьями: