El hueso navicular está diseñado con algunos problemas que lo hacen particularmente susceptible a las lesiones por estrés.
Uno de estos problemas es la ubicación del hueso. Ubicadas en el medio del pie, las altas fuerzas de compresión se concentran en este hueso, particularmente cuando el pie golpea el suelo. El segundo problema es el suministro de sangre al hueso, particularmente el área central del hueso donde estas fracturas por estrés tienden a ocurrir. Esta área está ubicada en la llamada zona de cuencas donde el suministro de sangre es menos robusto, lo que dificulta la curación de lesiones menores y, por lo tanto, una mayor probabilidad de progresión a una fractura por estrés.
Señales de lesión
Los atletas generalmente se quejan de un dolor vago en el mediopié justo después de la articulación del tobillo. El dolor generalmente es más molesto durante y justo después de la actividad atlética y se resuelve después de un período de descanso. En casos más severos, los pacientes incluso pueden tener dolor con actividades más rutinarias, como caminar. Por lo general, no hay antecedentes de una lesión aguda, sino que la mayoría de los atletas describen un dolor persistente y persistente.
Desafortunadamente, esto a menudo lleva a un retraso en el diagnóstico y, aunque generalmente no causa problemas a largo plazo, retrasa el inicio del tratamiento.
El diagnóstico de una fractura por estrés navicular se sospecha cuando los atletas tienen dolor directamente sobre el hueso navicular. Puede haber un pequeño grado de hinchazón en el área.
En ocasiones, la fractura por estrés navicular se observa en los rayos X, pero a menudo requiere la detección de otras pruebas. Las pruebas que incluyen resonancias magnéticas, tomografías computarizadas y gammagrafías óseas se pueden usar para detectar esta lesión.
Opciones de tratamiento
El tratamiento habitual de una fractura por estrés navicular es con tratamiento no quirúrgico. Sin embargo, es fundamental que el tratamiento sea apropiado ya que estas fracturas pueden no sanar si no se manejan adecuadamente. El tratamiento típico consiste en reposo de la actividad, carga de peso limitada (muletas) e inmovilización en un yeso. La duración del tratamiento depende de una serie de factores, pero comúnmente el yeso se usa durante seis semanas, seguido de una reanudación gradual de las actividades que soportan peso. Un marco de tiempo realista para el regreso al atletismo, basado en una serie de estudios de investigación, promedia unos 6 meses.