Hipervigilancia en Fibromialgia

Hipervigilancia en Fibromialgia

Hipervigilancia es un estado de tensión constante, en guardia y excepcionalmente consciente de su entorno.

Un pequeño pero creciente cuerpo de investigación sugiere que la hipervigilancia es una característica de la fibromialgia y puede contribuir al síntoma común de la sobrecarga sensorial.

La idea es que nuestros cerebros se vuelvan demasiado conscientes de las cosas, que pueden incluir estímulos dolorosos, ruidos, luces brillantes y actividad general.

Eso podría explicar por qué nuestros cuerpos reaccionan de manera tan dolorosa a una sensación que la mayoría de la gente no experimentaría como dolorosa (llamada alodinia), y también por qué somos sensibles al ruido, la luz, los ambientes caóticos y más.

Con hipervigilancia, no solo notas las cosas más fácilmente, es probable que no puedas desviar tu atención de ellas. Cuando algo esté sonando en la otra habitación, lo notará de inmediato, se distraerá mucho y probablemente se agitará si no desaparece.

Lo mismo aplica para sentir la presión de una pretina o cómo una tela se desliza por la piel. Nuestros cerebros lo perciben como una amenaza, nuestros cerebros se fijan en él, y nuestra respuesta fisiológica es mucho más extrema de lo que debería ser.

En muchas condiciones, la hipervigilancia está ligada a la ansiedad. Sin embargo, un estudio sobre fibromialgia sugirió que podemos ser hipervigilantes con o sin ansiedad.

La experiencia de hipervigilancia

El cerebro humano percibe mucha información sobre nuestros entornos de la que nunca somos conscientes.

Hay demasiadas señales bombardeando nuestros cerebros en un momento dado, por lo que hay un proceso de filtrado: las cosas que se consideran sin importancia se filtran y nunca las conocemos.

Sin embargo, cualquier cosa que tu cerebro considere una amenaza recibe atención adicional. Esta puede ser una respuesta altamente personalizada, dependiendo de lo que su cerebro haya aprendido es un peligro.

Por ejemplo, tomar personas con aracnofobia (miedo a las arañas). Por eso, seguramente serán la primera persona en la habitación que notará un error en la pared o algo pequeño moviéndose en la alfombra al otro lado de la habitación. Sus cerebros están constantemente en alerta, especialmente en lugares donde han visto arañas con frecuencia.

Cuando ven una araña, pueden entrar en pánico, pueden querer huir, pueden acurrucarse en un lugar seguro y llorar. Con la fibromialgia, la respuesta a entornos sobreestimulantes puede ser similar.

Tengo experiencia personal con eso. Una vez, hice cola para comprar algo en una pequeña y caótica tienda en la que un empleado había encendido una música fuerte y estridente con un ritmo extremadamente rápido. Afortunadamente, estaba con mi esposo y cuando le entregué mis artículos y le dije que tenía que salir de allí, lo entendió.

Afuera, me senté contra la pared, cerré los ojos y respiré profundamente hasta que ya no corría peligro de un ataque de ansiedad en toda regla. Como arachnophobe, puedo ver las similitudes entre eso y lo que sucede cuando veo una araña.

Vivir con hipervigilancia

La mayoría de los padres experimenta una cierta cantidad de hipervigilancia cuando se trata de nuestros hijos. Cuando tienes un bebé recién nacido, el quejido más pequeño puede hacerte salir volando de la cama.

Observa pequeñas amenazas que otras personas no tienen, como una toma de corriente expuesta o un vaso en el borde de una mesa.

Entonces, mientras que la hipervigilancia es normal en ciertas situaciones, no es saludable pasar demasiado tiempo en un estado de hipervigilancia. Los oficiales de policía y soldados en zonas de combate a menudo lo hacen, que es lo que los pone en riesgo de TEPT.

La hipervigilancia puede interrumpir el sueño, causar conductas de evitación y te pone nervioso y ansioso. Estar en alerta todo el tiempo es agotador. Puede hacerte irritable y propenso a arrebatos. Los ataques de pánico son definitivamente posibles.

La hipervigilancia es un aspecto de la enfermedad y no una enfermedad en sí misma.

Si cree que la hipervigilancia es un problema para usted, hable con su médico al respecto. Eso puede ayudar a darle forma a la dirección de su tratamiento.

Los medicamentos generalmente no se usan para tratar la hipervigilancia. En cambio, se recomiendan técnicas de afrontamiento y tratamiento para la enfermedad que lo causó.

Las técnicas de afrontamiento pueden incluir:

  • Tratar con el estrés
  • Yoga
  • Meditar
  • Mindfulness
  • Respirar profundamente

Es una buena idea alejarse de situaciones o entornos que aumentan su hipervigilancia. Sin embargo, si esto conduce a comportamientos de aislamiento o de evitación, puede beneficiarse de la orientación.

Si bien puede sentirse desesperado a veces, recuerde que, con tiempo y esfuerzo, se puede superar la hipervigilancia.

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