Cómo tu cerebro controla la ingestión

Cómo tu cerebro controla la ingestión

Lo creas o no, tragar es una de las tareas más complicadas que realiza tu cuerpo, ya que requiere una delicada coordinación entre tu cerebro y ciertos nervios y músculos.

Nervios craneales y músculos implicados en la deglución

La deglución se produce en tres fases secuenciales, todas requieren una coordinación cuidadosa de los músculos de la boca, la faringe (la garganta), la laringe (la caja de la voz) y el esófago (un tubo hueco que transporta los alimentos de su garganta a su estómago).

Estos músculos están bajo el control de un grupo de nervios llamados nervios craneales.

Los nervios craneales son 12 pares de nervios que emergen del tronco del encéfalo, ubicado en la base de su cerebro. Sus nervios craneales controlan funciones como oler, saborear, tragar, ver, mover la cara y los ojos y encogerse de hombros. Varios de los nervios craneales están involucrados en el control de la coordinación y los movimientos involucrados en la masticación y la deglución.

Los siguientes nervios craneales están involucrados en la deglución:

  • Trigémino (nervio craneal V)
  • Facial (nervio craneal VII)
  • Glossofaríngeo (nervio craneal IX)
  • Vago (nervio craneal X)
  • Nervio hipogloso (nervio craneal XII)

A su vez, Los nervios craneales están controlados por centros de procesamiento en el cerebro donde se procesa la información relacionada con la deglución. Estos centros incluyen áreas ubicadas en la corteza cerebral, el bulbo raquídeo y los núcleos del nervio craneal.

Centros de deglución en el cerebro

El inicio voluntario de la deglución tiene lugar en áreas especiales de la corteza cerebral del cerebro, llamada circunvolución precentral (también llamada área motora primaria), circunvolución posterior-inferior y circunvolución frontal. La información de estas áreas converge en el centro de deglución en la médula, que es parte del tronco encefálico.

Además del cerebro, las señales nerviosas que se originan en la boca reciben información acerca de los alimentos que estamos masticando. Varios nervios sensoriales en la boca, la faringe y la laringe aportan información al cerebro que nos permite saber qué tipo de material está en la boca y la garganta. Por ejemplo, le dicen al cerebro sobre el tamaño, la temperatura y la textura de los alimentos.

Esta información se envía a la corteza sensorial del cerebro y, finalmente, a la médula, que utiliza la información sensorial para dirigir los esfuerzos de los músculos de la masticación.

Posibles complicaciones de los problemas de deglución

El acto de masticar cambia los alimentos y los convierte en un bolo alimenticio más resbaladizo y más suave, adecuado y seguro para tragar. A medida que el reflejo de deglución avanza a través de sus diferentes fases, los nervios involucrados en la deglución desencadenan el cierre reflexivo de la laringe y la epiglotis. Este cierre de la tráquea evita que los alimentos y las partículas líquidas entren en los pulmones.

Si la tráquea no se cierra correctamente o si la deglución no está bien coordinada, pueden surgir problemas como asfixia. Otra complicación de los problemas de deglución, la neumonía por aspiración, puede ocurrir si los alimentos ingresan a los pulmones. Esto puede suceder como resultado de un derrame cerebral u otro trastorno neurológico.

Finalmente, la desnutrición y la deshidratación pueden ocurrir como resultado de dificultades para tragar.

Cómo se puede tragar la ingestión

Como puede ver, hay múltiples áreas del sistema nervioso central que, si se ven afectadas por un derrame cerebral u otra afección neurológica como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson o la demencia, podrían alterar la capacidad de ingestión.

Aún más, la médula es un área relativamente pequeña del tronco del encéfalo que contiene múltiples estructuras que son críticas para llevar a cabo el reflejo de deglución, por lo que los accidentes cerebrovasculares que involucran la médula son especialmente propensos a causar problemas de deglución.

De hecho, las personas con apoplejías medulares pueden requerir la colocación temporal o permanente de una sonda de alimentación para prevenir la asfixia y la neumonía por aspiración.

Una palabra de Verywell

Si bien vivir con problemas para tragar ciertamente agrega una complicación a su vida, sepa que existen técnicas bien diseñadas que pueden ayudarlo a usted o a su ser querido a adaptarse de manera segura a estas dificultades. Por ejemplo, un terapeuta del habla y de la deglución puede ayudarlo a hacer ajustes en los tipos de alimentos y líquidos que consume para facilitarle la ingesta segura.

Además, los ejercicios de deglución como el trago supraglótico o la maniobra de Mendelsohn pueden ayudar a fortalecer los músculos implicados en la deglución. Estos ejercicios de movimiento oral y otras estrategias como usar una taza, una pajilla o una cuchara pueden ser útiles.

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