Síntomas
Los síntomas de la AKC son inicialmente muy similares a los de la conjuntivitis alérgica, aunque mucho más severos e incluyen más sensibilidad a la luz, visión borrosa y una secreción espesa y filamentosa. Las personas con AKC frecuentemente tienen dermatitis atópica que involucra los párpados y la piel alrededor de los ojos y la cara. El revestimiento interno de los párpados, o conjuntiva, está rojo e hinchado y puede tener protuberancias engrosadas llamadas papilas. Estos se encuentran con mayor frecuencia debajo del párpado inferior en AKC.
Los síntomas de AKC suelen ser durante todo el año, pero es posible que observe un empeoramiento estacional en los meses de invierno y verano. Los desencadenantes comunes incluyen la caspa de los animales, los ácaros del polvo y ocasionalmente los alimentos.
Complicaciones
Debido a que AKC puede afectar otras estructuras del ojo, como la córnea, se pueden formar cataratas y cicatrices, y puede causar ceguera.
Las personas con AKC también tienen un mayor riesgo de infecciones oculares, incluidas ciertas infecciones bacterianas y de herpes.
Diagnóstico
AKC se diagnostica casi de la misma manera que la conjuntivitis alérgica, aunque la presencia de síntomas más graves y la presencia de dermatitis atópica en la cara deben ser una pista de un proceso de enfermedad más grave.
Se puede necesitar un oftalmólogo u optometrista para confirmar el diagnóstico de AKC y ayudar al médico de cabecera en el tratamiento del paciente.
Tratamiento
El tratamiento de la AKC es muy similar al tratamiento de la conjuntivitis atópica, aunque es posible que se requieran corticosteroides con más frecuencia en esta enfermedad. Un oftalmólogo u optometrista debe controlar a las personas que usan gotas oculares esteroides por un período prolongado de tiempo, ya que estos medicamentos también pueden provocar efectos secundarios graves (como glaucoma y formación de cataratas).