¿Los fitoestrógenos son buenos para su salud?

Los fitoestrógenos son compuestos derivados de plantas presentes en alimentos tales como granos integrales, verduras de hoja verde, frijoles, soja y ajo. La investigación sugiere que los fitoestrógenos pueden imitar la acción del estrógeno y, por lo tanto, pueden ofrecer los mismos beneficios que la hormona, como la protección contra la pérdida ósea y el alivio de los sofocos en las mujeres menopáusicas. Los fitoestrógenos consisten en isoflavonas (las más conocidas), prenylflavonoides, coumestans y lignanos.

En medicina alternativa, los suplementos dietéticos que contienen fitoestrógenos a veces se usan como prevención contra cánceres dependientes de hormonas (incluso algunas formas de cáncer de mama), enfermedades del corazón, osteoporosis y síntomas de la menopausia.

Sin embargo, debido a que los fitoestrógenos son disruptores endocrinos, lo que significa que interactúan y alteran sus hormonas, algunos investigadores plantean la preocupación de que sus propiedades estrogénicas podrían causar efectos negativos en la salud. De hecho, hasta la fecha, los fitoestrógenos son uno de los temas más controvertidos en el ámbito de la nutrición y la salud de la mujer.

Hasta ahora, los estudios sobre los efectos en la salud de los fitoestrógenos han arrojado resultados mixtos. Aquí hay un vistazo a varios hallazgos clave del estudio.

Puede reducir el riesgo de ciertos cánceres

Algunas investigaciones muestran que el consumo de fitoestrógenos se asocia con una disminución del riesgo de cáncer de colon, mama, ovario, próstata, gastrointestinal y endometrial.

En 2016, una revisión de 17 estudios encontró que el consumo de isoflavonas de soja se correlacionó con una reducción del 23% en el riesgo de cáncer colorrectal.

En 2015, un metanálisis de 10 estudios encontró que la ingesta de soya tenía un efecto protector significativo contra el cáncer de endometrio.

En 2014, una revisión de 40 estudios encontró que la ingesta de soja está asociada con una ligera reducción en el riesgo de cáncer gastrointestinal.

En cuanto al cáncer de mama, algunos estudios muestran que las mujeres en países con un alto consumo de isoflavonas, como los japoneses que comen sopa de miso con frecuencia, tienen un riesgo reducido de cáncer de mama.

Sin embargo, estudios previos han demostrado que los fitoestrógenos pueden estimular el crecimiento de los tumores de mama.

Puede detener la pérdida ósea

Algunas mujeres han usado fitoestrógenos como alternativa a la terapia de reemplazo hormonal o TRH, un enfoque de tratamiento utilizado para reducir los síntomas de la menopausia y disminuir el riesgo de osteoporosis y enfermedad cardiovascular.

Un estudio de 2013 mostró que los fitoestrógenos pueden inhibir las células que causan pérdida ósea y mejorar la formación de hueso y la densidad mineral ósea.

Una revisión de 2012 de estudios mostró que los suplementos de isoflavonas de soja aumentaron significativamente la densidad mineral ósea en las mujeres en un 54%.

Sin embargo, un estudio de 2015 mostró tasas más altas de baja densidad mineral ósea en la columna lumbar y el cuello femoral entre las mujeres menopáusicas japonesas con una mayor ingesta de isoflavonas. Varios investigadores han llegado a la conclusión de que no hay pruebas suficientes para sugerir que los fitoestrógenos mejoren la densidad ósea.

Puede reducir el colesterol

Varios estudios han demostrado que los fitoestrógenos pueden reducir los factores de riesgo de enfermedad cardíaca. Por ejemplo, un metanálisis de estudios publicados en 2011 mostró que el consumo regular de 1 a 2 porciones diarias de proteína de soja redujo significativamente los niveles séricos de colesterol malo. Los estudios antiguos han mostrado enlaces similares.

Pero una revisión de 2016 publicada en el British Journal of Pharmacology concluyó que las isoflavonas no alteran significativamente los niveles de lípidos y los fitoestrógenos no reducen significativamente el riesgo cardiovascular; sin embargo, los lignanos, en particular, pueden mejorar el riesgo cardiovascular entre los fumadores.

Fuentes de fitoestrógenos

Los fitoestrógenos están presentes en una serie de sustancias que se encuentran comúnmente en los suplementos dietéticos, que incluyen:

  • Semillas de lino.Alto en fibra y ácidos grasos omega-3, las semillas de lino son un tipo de fitoestrógeno que se ha demostrado que reduce los niveles de colesterol (especialmente en mujeres posmenopáusicas) y los calores fríos.
  • Soy.También se encuentra para combatir los bochornos y reducir los niveles de colesterol, la soya contiene compuestos de fitoestrógenos llamados isoflavonas. Las investigaciones preliminares indican que la soya también puede ayudar a mantener los huesos fuertes, así como a disminuir ligeramente el riesgo de cáncer de seno.
  • Trébol rojo.Otra fuente de isoflavonas, el trébol rojo es una hierba que se usa a menudo para aliviar los síntomas de la menopausia. Se ha descubierto que este fitoestrógeno domestica los sofocos e inhibe la pérdida de densidad mineral ósea durante la menopausia. Los hallazgos de investigaciones preliminares también sugieren que el trébol rojo puede reducir el riesgo de cáncer de próstata.

Otras fuentes de fitoestrógenos incluyen alfalfa, lúpulo y vitex.

Uso de fitoestrógenos para la salud

Al final, no hay suficiente evidencia concluyente de que los fitoestrógenos por sí solos sean lo suficientemente poderosos para mejorar todas estas facetas de la salud. Y algunos médicos creen que se debe tener cuidado al consumirlos debido a posibles efectos adversos.

Por ejemplo, algunas investigaciones sugieren que la genisteína (un fitoestrógeno que se encuentra en la soja) puede interferir con las acciones del tamoxifeno (un medicamento utilizado para tratar el cáncer de mama). Además, las personas que tienen (o están en riesgo de) cualquier tipo de condición sensible a las hormonas pueden necesitar evitar los fitoestrógenos, debido a su actividad similar a los estrógenos.

Si está considerando el uso de fitoestrógenos en el tratamiento o la prevención de cualquier problema de salud, es crucial consultar a su médico al sopesar los posibles beneficios y riesgos. El autotratamiento de una condición y el evitar o retrasar la atención estándar puede tener consecuencias graves.

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