Tratamiento de la artritis reumatoide severa

Tratamiento de la artritis reumatoide severa

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune inflamatoria en la cual el sistema inmune del cuerpo inadvertidamente ataca el líquido sinovial que lubrica las articulaciones. Su causa no se conoce del todo, pero se cree que está estrechamente vinculada a la genética.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que hasta 1,5 millones de estadounidenses se ven afectados por la artritis reumatoide con síntomas que van desde dolores transitorios y dolor hasta una discapacidad grave.

Cuando los síntomas de la artritis reumatoide son graves, los médicos tomarán medidas más agresivas para reducir la inflamación y sofocar la respuesta inmune. Si no se trata, la artritis reumatoide puede afectar más que solo su movilidad; sus efectos inflamatorios también pueden desencadenar complicaciones graves en otras partes del cuerpo.

La severidad de la artritis reumatoide se clasifica por etapas, siendo la etapa uno la menos grave y la etapa cuatro es la más importante.

Caracterización de la artritis reumatoide grave

Al evaluar la gravedad de la artritis reumatoide, los médicos considerarán sus síntomas, el grado de daño articular y el impacto en su función física para determinar mejor el curso del tratamiento.

Los síntomas de la artritis reumatoide severa generalmente incluyen un alto nivel de dolor, rigidez y / o hinchazón de las articulaciones afectadas. Puede tener problemas para realizar tareas diarias o experimentar la deformidad de las articulaciones artríticas, especialmente las de las manos.

La respuesta inflamatoria también puede afectar otros órganos, dando lugar a síntomas sistémicos como fatiga persistente, pericarditis (inflamación de la membrana que rodea el corazón), vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos) y pleuritis (inflamación del revestimiento de los pulmones) .

La gravedad de los síntomas de la artritis reumatoide tiene un impacto directo en la capacidad de una persona para funcionar e incluso puede afectar la capacidad de una persona para trabajar.

Un estudio de 2008 de la Universidad de Boston informó que, incluso con fármacos y tratamientos biológicos mejorados, la progresión de la enfermedad está relacionada con el aumento de las tasas de abandono antes de los 65 años:

  • 23 por ciento de los adultos que han tenido artritis reumatoide por uno a tres años
  • 35 por ciento de los que han vivido con la enfermedad durante al menos 10 años
  • 51 por ciento de los que han vivido con la enfermedad por lo menos 25 años

Diagnóstico de artritis reumatoide grave

Mientras se realizan exámenes físicos, estudios de imagen y laboratorio las pruebas son clave para determinar la gravedad de su condición, así como también sus propias percepciones de su dolor y discapacidad. De hecho, estos son tan importantes como las otras pruebas para determinar su plan de tratamiento definitivo.

Algunas personas, por ejemplo, con frecuencia mostrarán menos daño físico en las pruebas de laboratorio, pero tienen una mayor percepción de discapacidad que casi siempre se traduce en un aumento de los niveles de deterioro y depresión.

Por el contrario, una persona con un daño extenso a menudo puede ser más funcional y estar en mejores condiciones para enfrentarlo. Si bien esto no excluiría necesariamente tratamientos más agresivos (aunque solo sea para retrasar la progresión de la enfermedad y prevenir la enfermedad sistémica), podría determinar qué tipos de terapia complementaria (incluido el ejercicio o la fisioterapia) serían las más apropiadas.

Para evaluar su discapacidad funcional, los médicos a menudo realizarán una encuesta de autoevaluación, como un Cuestionario de evaluación de la salud, mediante el cual se le pedirá que califique su estado de ánimo, nivel de dolor y grado de deterioro.

Si se enfrenta con artritis reumatoide grave, cualquiera que sea su nivel de discapacidad, es posible que se necesite un reumatólogo especialista para supervisar su atención. Estos médicos tienen una mejor comprensión de la dinámica de esta enfermedad aún difícil de alcanzar y es más probable que se les evalúe con tratamientos actuales o experimentales.

Tratamiento de la artritis reumatoide severa

Las etapas de la artritis reumatoide se definen como temprano (etapa uno), moderado (etapa dos) y severo (etapa 3).

La etapa cuatro se considera enfermedad terminal cuando el proceso inflamatorio cesa y las articulaciones dejan de funcionar por completo.

Para prevenir la progresión de la etapa tres a la cuatro, la terapia dependerá de medicamentos más potentes. En el pasado, es posible que haya encontrado alivio del dolor con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de venta libre, ahora puede necesitar inyecciones de cortisona y / o analgésicos más fuertes para lograr un efecto similar.

Además, es probable que su médico lo coloque en una combinación diferente de medicamentos para disminuir la actividad de la enfermedad. Estos incluyen:

  • Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD) que incluyen metotrexato, hidroxicloroquina, sulfasalazina, leflunomida, ciclofosfamida y azatioprina
  • Medicamentos biológicos que se inyectan o administran por infusión para atenuar la respuesta autoinmune
  • Inhibidores de JAK, una nueva subcategoría de DMARD, que bloquean las vías de Janus kinasa (JAK) implicadas en la respuesta inmune

En algunos casos, es posible que se necesite cirugía para desbridar las áreas de daño y restaurar la movilidad y el rango de movimiento a la articulación afectada.

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