Tipos de neoplasias

Tipos de neoplasias

Una neoplasia es un término médico utilizado para describir un crecimiento anormal de las células en el cuerpo. Si bien a menudo asociamos la neoplasia con el cáncer, la palabra también puede referirse a crecimientos no cancerosos.

Causas

En el cuerpo humano, hay trillones de células sanas y normales. Estas células crecen, se dividen y mueren de manera controlada. Sin embargo, en el caso de una neoplasia, las células no actúan como deberían.

Se dividen y organizan de manera diferente y a menudo continuarán haciéndolo a menos que sean tratados o eliminados.

Las neoplasias pueden ser cancerosas (malignas) o no cancerosas (benignas).

Tipos de neoplasias benignas

Aunque los tumores benignos pueden agrandarse y acumular células y tejidos circundantes, generalmente no son potencialmente mortales. Tampoco pueden diseminarse a través del torrente sanguíneo o del sistema linfático para invadir células normales como el cáncer (un proceso al que nos referimos como metástasis).

Ejemplos de neoplasias benignas incluyen:

  • Lunares cutáneos
  • Etiquetas cutáneas (acrocordones)
  • Quistes que pueden formarse en las glándulas sebáceas
  • Quistes mamarios que a veces se desarrollan durante el embarazo y en otros momentos
  • Crecimiento de la piel encapsulado causado por una picadura de insecto o infección
  • El crecimiento excesivo de tejido cicatricial (queloide)
  • Crecimiento muscular en las paredes del útero (fibromas uterinos)

El hecho de que los tumores benignos se consideran inofensivos no significa que no puedan causar problemas. Los fibromas, por ejemplo, pueden causar hemorragias y dolores importantes que pueden requerir su extracción.

Causa de neoplasia maligna (cáncer)

La neoplasia maligna (cáncer) se asocia con mayor frecuencia con daño en el ADN de una célula. Este daño produce mutaciones genéticas que no solo hacen que las células anormales se multipliquen más rápido sino que vivan más tiempo.

Ciertos factores pueden desencadenar estas mutaciones, incluidos los antecedentes familiares, la exposición al sol, la edad y las sustancias tóxicas.

Los factores combinados, tanto los que podemos cambiar como los que no podemos, pueden sugerir en conjunto qué tipos de cáncer podemos ser propensos.

Fumar, por ejemplo, puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón de una persona, mientras que el consumo excesivo de alcohol puede conducir a cirrosis hepática y al desarrollo de tumores malignos.

Aunque tendemos a pensar en una neoplasia maligna como una masa física de células, no todos los cánceres son así. Un ejemplo es la leucemia, una forma de cáncer que causa la producción de células sanguíneas anormales en lugar de un tumor real.

Una palabra de Verywell

Es importante recordar que el término neoplasia no es sinónimo de cáncer. Simplemente se relaciona con el crecimiento anormal de las células, ya sea maligno, benigno o precanceroso (es probable que se convierta en cáncer).

Como tal, uno no debe sacar conclusiones si su médico diagnostica algún tumor (o masa o nódulo). Hay muchas posibilidades de que sea perfectamente inofensivo. Incluso si no lo es, muchas enfermedades malignas hoy se pueden tratar con altas tasas de éxito.

Tome nuestro consejo: si alguna vez encuentra un crecimiento inusual en su cuerpo, comuníquese con su médico de atención primaria lo antes posible. Dependiendo de dónde se encuentre el crecimiento, es posible que deba someterse a un examen físico, análisis de sangre, radiografías o incluso una biopsia de tejido.

Después de eso, si algo parece sospechoso, al menos tendrá la oportunidad de diagnosticarlo y tratarlo temprano cuando las tasas de éxito sean más altas. La intervención temprana es clave.

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