¿Qué es un reservorio de VIH latente?

¿Qué es un reservorio de VIH latente?

Los reservorios latentes son las células del cuerpo donde el VIH puede esconderse (o persistir) incluso frente a la terapia antirretroviral óptima. Estos reservorios celulares se encuentran en numerosos sistemas de órganos, incluidos el cerebro, el tejido linfoide, la médula ósea y el tracto genital.

En su estado latente (o proviral), el VIH puede integrar su material genético en el ADN de una célula huésped, pero en lugar de matarlo, simplemente se replica junto con el huésped.

A diferencia del virus de circulación libre, estos provirus ocultos no pueden ser detectados por el sistema inmune del cuerpo. En cambio, el genoma viral se transmite de generación en generación, capaz de reactivarse cuando se desencadena por un colapso de la función inmune.

De hecho, la respuesta inmune del cuerpo es lo que proporciona al VIH sus refugios celulares. Cuando se activa una respuesta inmune en presencia de VIH, el cuerpo generará células T CD4 que, irónicamente, son el principal objetivo para la infección. Las células ya infectadas con VIH proliferarán, produciendo más células infectadas con VIH y expandiendo el reservorio viral.

Es la persistencia de estos virus ocultos que continúan frustrando los esfuerzos para desarrollar una cura para la enfermedad.

Estrategias para eliminar reservorios latentes

El mayor desafío al que se enfrentan actualmente los investigadores es encontrar los medios para activar y purgar el VIH de sus reservas provisionales, dejándolo expuesto a cualquier número de estrategias teóricas de erradicación.

Si bien ART puede agotar estos depósitos a lo largo del tiempo, lo hace muy lentamente. Los modelos matemáticos han demostrado que se necesitaría entre 60 y 80 años para lograr la erradicación completa.

Cada vez más, los investigadores están investigando el uso de ciertos medicamentos que parecen estimular la activación del VIH latente.

Entre ellos se encuentran los agentes llamados inhibidores HDAC, que se han usado durante mucho tiempo como estabilizadores del estado de ánimo y antiepilépticos.

Y aunque ha habido éxitos en la activación del VIH latente, los científicos aún no están seguros de cuán grandes son estos reservorios o qué otras células podrían proporcionar al VIH un escondite. Por lo tanto, es imposible saber si estos depósitos han sido verdaderamente limpiados por estos agentes químicos.

Investigaciones recientes, de hecho, han demostrado que aunque ciertos inhibidores de HDAC tienen la capacidad de activar el VIH latente, no hay evidencia real de que dicha activación haya reducido el tamaño de los reservorios.

Otros científicos, mientras tanto, cuestionan si patear el VIH de sus reservas será suficiente para lograr la erradicación. Como resultado, varios equipos de investigación están explorando agentes que parecen capaces de matar el virus recién liberado con una toxicidad mínima. Entre los candidatos más prometedores está la acitretina, una forma de vitamina A utilizada actualmente para tratar la psoriasis severa en adultos.

Consecuencias de la persistencia latente

Uno de los aspectos más frustrantes de la latencia viral es que, incluso en su estado proviral, la mera presencia de VIH dentro de las células desencadena una respuesta inflamatoria persistente. Incluso si una persona está en tratamiento efectivo contra el VIH y puede mantener una carga viral indetectable, esta inflamación crónica de bajo nivel puede afectar progresivamente la forma en que se replican las células y los tejidos, lo que acelera el proceso de envejecimiento.

El proceso, llamado senescencia prematura, es la razón por la cual las personas con infección por VIH a largo plazo tienen un mayor riesgo de cáncer, enfermedad cardíaca, fragilidad ósea y trastornos neurocognitivos, y con frecuencia 10 a 15 años antes de lo que se esperaría en el futuro. Población general.

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