La muerte cerebral es uno de los diagnósticos más serios que un neurólogo puede hacer. A diferencia de las formas graves de coma, el diagnóstico de muerte cerebral significa que no hay regreso. Médicamente, la muerte cerebral es muerte.
Si el diagnóstico se hace correctamente, puede hacerse simplemente asegurándose de que el paciente está en coma por causa conocida e irreversible, y que faltan ciertos hallazgos en el examen físico, incluidos los reflejos del tronco encefálico y cualquier esfuerzo por respirar durante una prueba de apnea.
La prueba de apnea consiste en administrar oxígeno al paciente pero apagar el ventilador para permitir que se acumule dióxido de carbono en el sistema, lo que normalmente provoca un intento de respirar. No hay casos bien documentados de un diagnóstico de muerte cerebral que se realiza cuidadosamente en el que el paciente tuvo una recuperación significativa.
Sin embargo, hay momentos en que es imposible cumplir con todos los requisitos técnicos para la muerte cerebral. Por ejemplo, en traumas faciales severos, puede ser imposible realizar un examen confiable de los nervios craneales. En algunos pacientes, puede ser imposible realizar una prueba de apnea, ya sea porque el paciente es demasiado inestable o porque ha desarrollado una tolerancia al dióxido de carbono, como se observa en algunos pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica o apnea del sueño grave. En estos casos, se requieren pruebas adicionales.
Además, dado que el diagnóstico de muerte cerebral es tan grave, muchas familias prefieren que se realicen pruebas adicionales antes de tomar decisiones sobre cómo suspender la ventilación mecánica o considerar la donación de órganos.
Electroencefalografía (EEG)
Un EEG se usa para medir la actividad eléctrica en el cerebro. Es más comúnmente utilizado cuando un médico está preocupado de que alguien tenga convulsiones o epilepsia. En la muerte cerebral, en lugar de buscar actividad anormal, el EEG está buscando cualquier tipo de actividad. Puede aparecer un pequeño grado de actividad eléctrica, pero esto en realidad representa un artefacto debido a una señal de dispositivos cercanos o al latido del corazón, y no debe superar un cierto umbral para cumplir los criterios para un diagnóstico de muerte cerebral.
Potenciales evocados somatosensoriales (SSEP)
Como un EEG, los SSEP evalúan cómo la electricidad fluye a través del cuerpo, incluido el cerebro. En lugar de solo observar la actividad cerebral espontánea, los SSEP implican que el sistema nervioso es estimulado por descargas eléctricas leves, generalmente al nervio mediano. Normalmente, estos choques se registran como una señal recibida en el cerebro, que se puede medir con un electrodo colocado en la cabeza del paciente. La ausencia de estas señales indica que el cerebro ya no puede recibir estos mensajes.
Angiografía
En una angiografía cerebral, se inyecta un medio de contraste en los vasos del cuerpo y se observa el cerebro en un monitor mientras el paciente se somete a una serie de radiografías. Esto permite un examen detallado de cómo la sangre se mueve a través del cuerpo. En la muerte cerebral, los vasos del cerebro no se llenan como lo harían normalmente. D Doppler transcraneal
Un examen Doppler transcraneal usa ondas de ultrasonido para evaluar el flujo sanguíneo en el cerebro. Durante la muerte cerebral, el cerebro puede hincharse de maneras que aumentan la resistencia en los vasos sanguíneos, lo que minimiza el flujo de sangre. Estos cambios en el flujo sanguíneo se pueden ver en el Doppler transcraneal.
Pruebas de medicina nuclear
La medicina nuclear implica la inyección de un radioisótopo en el cerebro.
Este isótopo es un químico que se mueve junto con el flujo sanguíneo. El isótopo se descompone, lo que produce una liberación de energía que los sensores detectan y convierten en una imagen digital. Si el cerebro está sano y activo, parecerá que se está iluminando en el monitor a medida que la sangre fluye al tejido cerebral. En un examen de muerte cerebral, el isótopo más común se llama oxima de hexametilpropilenamina de tecnecio-99m. Si el paciente tiene muerte cerebral, entonces no habrá señal del cerebro en el examen. Esto a veces se conoce como el fenómeno del cráneo hueco.
Reuniendo todo
Estas técnicas son ampliamente aceptadas como pruebas adicionales, aunque generalmente innecesarias, para un examen de muerte cerebral.
Algunos estándares técnicos pueden variar de estado a estado e incluso de hospital a hospital, sin embargo. Como cualquier tipo de prueba, cada una de las pruebas anteriores debe interpretarse cuidadosamente y en el contexto del historial médico conocido del paciente. Ninguna prueba es perfecta, por lo que es crucial que se preste mucha atención a los detalles de cómo se ejecuta la prueba para minimizar las posibilidades de malinterpretar los resultados.
La muerte cerebral de un ser querido es una experiencia traumática para las familias, pero las pruebas adicionales pueden ayudar a garantizar que los representantes sustitutos de las decisiones avancen con la confianza de que están respetando lo que el paciente querría.
