Los lóbulos frontales: lo que nos hace humanos

Los lóbulos frontales: lo que nos hace humanos

Los lóbulos frontales son las regiones del cerebro que se cree que controlan muchas de las cosas que nos hacen humanos. De hecho, esta región es proporcionalmente mucho más grande en humanos que en otros animales. También tarda más en madurar, y el desarrollo se extiende hasta la edad adulta.

Las funciones de los lóbulos frontales incluyen aferrarse a una idea y dejar que esta noción guíe nuestro comportamiento futuro.

Los lóbulos frontales nos ayudan a establecer metas y tareas para nosotros mismos, para elegir entre acciones apropiadas, suprimir reacciones y respuestas inaceptables y determinar las relaciones entre objetos y conceptos.

Hay dos divisiones principales de los lóbulos frontales: la corteza y las regiones paralímbicas. La corteza consiste en los cuerpos de las células nerviosas que se encuentran en la superficie del cerebro. Estas células se comunican entre sí a través de largos procesos parecidos a cables llamados axones. Algunos axones se hunden profundamente en el cerebro, donde se comunican con estructuras más cercanas al núcleo del cerebro.

Entre las estructuras más cercanas al centro del cerebro se encuentran las regiones paralímbicas, que se consideran relacionadas con las emociones, funciones y pulsiones básicas. Esto contrasta con las regiones corticales que se cree que son más complejas y que pueden permitirnos pensar. Juntas, la corteza y las divisiones paralímbicas de los lóbulos frontales nos permiten realizar tareas que son fundamentales para la forma en que pensamos de nosotros mismos.

Configuración de tareas

A diferencia de los animales que solo responden instintivamente a lo que tienen delante, los humanos tienen la capacidad de planear con anticipación. Para hacer esto, debemos ser capaces de mantener la información en nuestra mente. De lo contrario, nos olvidaríamos constantemente de lo que estábamos pensando. Esta retención de información, incluso frente a la distracción, tiene lugar en la región ventrolateral de la corteza prefrontal.

La corteza prefrontal dorsolateral es capaz de manipular información para formar un plan.

Actividad de Iniciación y Sostenimiento

Las estructuras en la parte media y frontal del cerebro (estructuras frontales medial) se cree que conducen el comportamiento. Si estas áreas se dañan, una persona puede perder toda la motivación para hacer incluso la tarea más simple. Esto se conoce como abulia o mutismo acinético en casos extremos.

Actividad de monitoreo

La corteza orbitofrontal decodifica y anticipa los valores de recompensa de señales, objetos y elecciones. Por ejemplo, esta región puede ayudarnos a determinar si algo puede herirnos o dañarnos en el futuro. Se piensa que la corteza orbitofrontal medial responde a las recompensas y la corteza orbitofrontal lateral al castigo. La región más cercana a la parte posterior del cerebro (posterior) es más concreta: esta es la parte que puede reconocer inmediatamente el significado emocional de una rebanada de pastel de chocolate como sabroso y deseable. Las partes de la corteza orbitofrontal que están más cerca de la parte frontal del cerebro (anterior) se ocupan de recompensas más abstractas y simbólicas, como el dinero que puede destinarse a comprar pastel de chocolate.

Anticipar y controlar los estímulos

La corteza cingulada anterior ayuda a realizar un seguimiento de las señales provenientes tanto del mundo exterior como de nuestra propia mente y cuerpo.

Cualquier cosa inesperada puede desencadenar un procesamiento adicional antes de dar una respuesta. Por ejemplo, en la famosa prueba de Stroop, se muestra una lista de palabras de colores brillantes. El truco es que la palabra rojo se puede imprimir en el color verde. Alguien que toma una prueba de Stroop debe ignorar la palabra escrita y solo decir el color. Esta cuidadosa selección y enfoque en solo un aspecto del mundo exterior requiere el uso del cíngulo anterior.

Regulación emocional

La corteza orbitofrontal muestra una mayor actividad cuando alguien está regulando sus emociones. Esto está inversamente relacionado con la actividad en la amígdala.

El daño a la corteza orbitofrontal conduce a la desinhibición y al comportamiento irreflexivo, como se vio en el famoso caso de Phineas Gage.

Responder al cambio en la atención

La atención es la medida de cuán importante y relevante es para usted una señal en particular en un momento determinado. Por ejemplo, si tienes hambre, un pedazo de pastel de chocolate es bastante notable. Después de comer medio pastel, cambia la conveniencia de ese pastel. Para determinar la importancia de una información, el cerebro debe integrar rápidamente las señales sensoriales, viscerales y autonómicas. La red de relevancia implica la ínsula y parte de la corteza frontal que nos ayuda a dar sentido a las cosas.

Cambio de atención

Los humanos tenemos la capacidad de elegir lo que merece nuestra atención. Dicho esto, dependiendo de las circunstancias, nuestra atención puede cambiar rápidamente entre diferentes cosas en nuestro entorno.

La red de atención ventral incluye partes del giro frontal medio e inferior y la corteza temporoparietal. Esto nos ayuda a orientarnos hacia algo rápidamente, incluso si interrumpe un objetivo, y nos permite decidir si debemos continuar centrándonos en el nuevo estímulo o volver a la tarea en cuestión.

Control ejecutivo

Las capacidades de los lóbulos frontales podrían verse como factores que contribuyen a lo que los neurólogos llaman control ejecutivo. Esto significa nuestra capacidad para controlar nuestras respuestas a nuestro entorno, en lugar de simplemente reaccionar a lo que tenemos enfrente en este momento.

El control ejecutivo nos permite filtrar las distracciones que nos rodean. También nos permite controlar lo que estamos pensando y cambiar nuestro enfoque de una manera que no nos distraiga con nuestros propios pensamientos. El control ejecutivo sobre la emoción nos permite regular cómo aparentamos a los demás y motivarnos cuando normalmente no estamos motivados. Finalmente, el control ejecutivo sobre la red motora nos permite mover los ojos o buscar algo.

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