Cuándo llevar a su hijo al médico

Cuándo llevar a su hijo al médico

Especialmente durante la temporada de resfriado y gripe, puede ser difícil determinar cuándo usted y su hijo enfermo deben quedarse en casa y cuándo debe ir a ver a su pediatra. Sin embargo, los padres siempre deben buscar atención profesional cuando se preocupan por la salud de sus hijos o si tienen alguna pregunta relacionada con la salud que no hayan respondido.

Descripción general

Una simple llamada telefónica a una enfermera o una cita con un médico puede ayudar a los padres a calmarse si algo no parece correcto.

Debe buscar atención médica si su hijo presenta:

  • Fiebre alta o persistente
  • Cualquier problema respiratorio, como respiración acelerada, trabajosa o ruidosa del pecho
  • Dolor persistente, como dolor de oídos, dolor de garganta, dolor de cabeza intenso o dolor de estómago
  • Descarga de los ojos que es gruesa, cierra los párpados y no mejora durante el día

Además, es posible que necesite ver a su hijo para:

  • Vómitos frecuentes o diarrea, no poder mantener bajos los líquidos para producir orina al menos una vez cada seis u ocho horas, o deshidratación (la deshidratación severa debe tratarse en la sala de emergencias)
  • Vómito o diarrea que contiene sangre
  • La rigidez de cuello, la falta extrema de energía o la enfermedad parecen empeorar en lugar de permanecer igual por más de cuatro a cinco días
  • Exposición a una enfermedad contagiosa, como mono, influenza, varicela, o ha viajado recientemente fuera del país

Fiebre

Es importante prestar atención a cómo un niño i s actuando con una temperatura.

Si el niño tiene fiebre alta pero es lúdico y activo, la enfermedad puede ser menos preocupante. También es importante prestar mucha atención a los síntomas respiratorios del niño, ya que la respiración rápida o trabajosa puede indicar que el niño tiene una enfermedad grave. Fe Las fiebres de los niños pueden alcanzar diferentes alturas (algunas tienden a elevarse cuando están enfermas, mientras que otras rara vez tienen altas temperaturas), por lo que es importante prestar atención a la forma en que un niño actúa y come / bebe.

Para recién nacidos (menos de tres meses), cualquier fiebre superior a 100.4 F puede ser preocupante y requiere evaluación. Para los niños de tres meses a tres años, una fiebre superior a 102 F puede ser preocupante. En general, no existe un número de corte establecido para la fiebre de los niños, pero los síntomas que ocurren junto con la fiebre son muy significativos.

Vacunas contra la gripe y otras vacunas

Pregúntele al médico acerca de una dosis adecuada de paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno (Motrin o Advil) que se puede administrar entre 20 y 30 minutos antes de la vacuna. Mientras se administra la vacuna, la distracción funciona bien (cantando una canción o viendo un video).

Pruebe adormecer el lugar con anticipación. Pregúntele a su médico dónde aplicar un spray de congelación, compresas de hielo o crema de lidocaína y asegúrese de que la crema tenga suficiente tiempo para trabajar. Los niños mayores también pueden apreciar si un padre recibe una inyección con ellos.

Es importante que los niños de seis meses en adelante se vacunen contra la gripe. No solo los protege de las complicaciones graves de la gripe, sino que al evitar que los niños pequeños se enfermen, es menos probable que transmitan la enfermedad a personas con sistemas inmunitarios relativamente pobres, como los bebés o los ancianos.

Además, los niños menores de dos años corren el riesgo de ser hospitalizados por problemas relacionados con la gripe, como la neumonía.

Otra opción es la vacuna en aerosol contra la gripe nasal, que se puede usar en niños de dos años en adelante que no tienen asma.

Cuidado en el hogar

Asegúrese de que su hijo tome suficientes líquidos y descanse, y considere la sopa de pollo, que puede reducir la congestión y la inflamación causada por un resfriado. Antes de darle a su hijo algún medicamento, asegúrese de hablar con su pediatra sobre el mejor tratamiento para las dolencias de su hijo.

No debe dar medicamentos a niños más pequeños destinados a niños mayores o adultos. La dosificación es importante, así que lea las etiquetas cuidadosamente.

Aunque las escuelas y los centros de cuidado infantil pueden tener sus propias reglas, dos razones por las que un niño no debería asistir a la escuela son:

Fiebre de más de 101 F en las últimas 24 horas

  1. Incapacidad para concentrarse en el trabajo escolar
  2. Si un niño se siente incómodo, cansado o con mucho dolor, se está recuperando mejor en casa. Los niños con fiebre alta o persistente, fatiga excesiva, erupciones cutáneas que pueden ser contagiosas, dificultad para respirar, tos frecuente, secreción ocular espesa, deshidratación o episodios repetidos de vómitos o diarrea deben consultar a un médico antes de regresar a la escuela.

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